Carlos César Gil Castillo no era solo una voz en la radio; era el corazón palpitante de Tabasco que resonaba cada madrugada a través de las ondas hertzianas. Nuestro personaje tabasqueño de la semana es una figura que merece ser recordada y celebrada: conocido como «El Jinete de la Pradera», este polifacético comunicador se convirtió en una leyenda viviente que combinó la pasión por la comunicación, el arte y la política de una manera única e irrepetible.





De las Orillas del Tulijá a los Estudios de Radio Centro
Nacido en las márgenes del río Tulijá, Carlos César comenzó su historia ordeñando y arriando ganado en su infancia, pero su destino lo llevaría literalmente «por los aires». Su carrera despegó en XEVA en 1965, cuando tenía apenas 20 años, demostrando desde temprano ese timbre potente y dicción casi perfecta que lo caracterizaría toda su vida.
Su versatilidad era extraordinaria: locutor, cantante, actor, político, ganadero y hasta piloto de aviones. Esta combinación única de talentos lo llevó desde las emisoras locales hasta Radio Centro en Ciudad de México, donde su voz se convirtió en sinónimo de credibilidad para las marcas más prestigiosas del país.
El visionario que predijo la Presidencia Tabasqueña
Uno de los momentos más fascinantes de su carrera ocurrió en 1976, durante su participación en la película mexicana «Lo Mejor de Teresa». En una escena profética que hoy cobra relevancia histórica, Gil declaró: «Tabasco es una tierra de provisión, y gracias a esa importancia económica, social y política que tiene nuestro estado, los tabasqueños están ocupando altos cargos que dirigen el mando del país y sino recuerden ustedes -un día de estos, el Presidente de la República puede ser tabasqueño».
Esta predicción hecha décadas antes de que se materializara, demuestra la visión política excepcional de Carlos César, quien no solo entendía el presente de su tierra, intuía su futuro protagonismo en la vida nacional.
«Mi Rancho El Porvenir»: 23 años de fidelidad radiofónica
El programa que lo consagró definitivamente fue «Mi Rancho El Porvenir», que inició el 3 de febrero de 1986 y se mantuvo al aire durante 23 años ininterrumpidos. Esta hazaña de consistencia es prácticamente única en la radio mexicana, demostrando una dedicación inquebrantable hacia su audiencia.
Cada madrugada, «El Jinete» ofrecía más que entretenimiento: brindaba compañía, consejos agrícolas y ganaderos, música mexicana auténtica y esa calidez humana que lo caracterizaba. Sus ingeniosos certámenes como «Miss Novillona» y «Mr. Pavo» se convirtieron en tradiciones regionales, mientras que su programa fungió como punto de cohesión social durante momentos difíciles como el levantamiento zapatista y las recurrentes inundaciones.
Del micrófono a la alcaldía
La confianza del pueblo trascendió las ondas radiofónicas entre 1998 y 2000, los ciudadanos de Macuspana lo eligieron como presidente municipal, demostrando que su liderazgo no se limitaba al ámbito mediático. Su gestión reflejó los mismos valores que transmitía por radio: autenticidad, generosidad y compromiso con su gente.
Un legado que perdura más allá de la Vida
Falleció el 28 de junio de 2013, pero su legado continúa inspirando a nuevas generaciones de comunicadores tabasqueños. Su vida ejemplifica cómo la pasión genuina, la versatilidad y el compromiso social pueden construir una carrera que trasciende lo profesional para convertirse en patrimonio cultural.
Su historia nos recuerda que los verdaderos líderes no nacen de las élites, del pueblo mismo, y que la comunicación, cuando se ejerce con honestidad y pasión, se convierte en una herramienta de transformación social que perdura en el tiempo y la memoria colectiva.


