La transformación de Tabasco avanza con fuerza y esperanza en un hecho que marca un antes y un después en la vida de decenas de familias, el gobernador Javier May Rodríguez encabezó en Comalcalco la entrega de 62 viviendas dignas del programa “Construyendo Esperanza”, una estrategia que busca garantizar el derecho humano a la vivienda y combatir la desigualdad en las comunidades más vulnerables.
Durante el acto simbólico realizado en la ranchería Tránsito Tular, el mandatario estatal entregó las llaves de su nuevo hogar a doña Marquesa Javier Juárez, una jefa de familia que ahora sustituye su antigua casa de láminas corroídas y tablas de madera por una construcción sólida con dos recámaras, baño, sala-comedor y cocina. “Con estas acciones nos estamos poniendo al corriente y abatiendo rezagos que por décadas mantuvieron en la desigualdad a las y los tabasqueños”, subrayó el Gobernador.
Cada vivienda, con un valor de 345 mil pesos, forma parte de un esfuerzo histórico: la meta es construir 20 mil casas rurales a lo largo del sexenio, de las cuales más de 3,300 se entregarán solo en 2025 con una inversión estatal superior a 1,170 millones de pesos.
El programa no solo transforma hogares, genera desarrollo económico. El Instituto de Vivienda de Tabasco (Invitab) informó que esta entrega representó una inversión de 21 millones de pesos, benefició a 310 personas y creó 372 empleos directos en la región, fortaleciendo la economía local.
La estrategia se verá reforzada con el apoyo del Gobierno Federal, encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, quien a través de Infonavit y Conavi aportará 60 mil acciones adicionales. Con ello Tabasco alcanzará un programa histórico de más de 84 mil viviendas en seis años, el más ambicioso en la historia del estado.
El alcalde Ovidio Peralta Suárez, presente en el evento, aseguró que este esfuerzo representa “la verdadera transformación del pueblo”, y señaló que las sonrisas de las beneficiarias son el mejor agradecimiento para un gobierno que está cambiando la realidad de quienes por décadas vivieron en condiciones de marginación.
Más que paredes y techos, estas viviendas significan bienestar, seguridad, igualdad y esperanza. Son la base para que las familias construyan un futuro con mejores oportunidades, educación y salud, en un estado que avanza hacia un estado de derechos y justicia social.