¿Quién dijo que en Tabasco solo hay calor? Si buscas una experiencia navideña distinta, donde la neblina acaricie las montañas y el aire fresco te invite a estrenar ese suéter guardado, Tapijulapa es tu destino ideal. Este «Pueblo Mágico», enclavado en la sierra del municipio de Tacotalpa, se transforma durante diciembre en un escenario de postal, combinando una arquitectura pintoresca en blanco y rojo con un clima serrano que es un verdadero tesoro para los habitantes del estado.
Diciembre es la época perfecta para redescubrir por qué este lugar, cuyo nombre significa «lugar donde se rompen los cántaros», fue incorporado al programa de Pueblos Mágicos en 2010. Al llegar, la primera impresión es la de un tiempo detenido: sus calles empedradas y su ubicación privilegiada en la confluencia de los ríos Oxolotán y Amatán ofrecen una paleta de verdes que contrastan con las fachadas uniformes, creando una atmósfera de paz que pocos lugares en el sureste mexicano pueden igualar.
El clima es sin duda, el gran protagonista de la temporada mientras el resto del estado mantiene temperaturas cálidas, Tapijulapa registra noches frescas de entre 14 y 18°C, permitiendo disfrutar de una Navidad acogedora. Los días se mantienen templados, rondando los 23°C, ideales para realizar caminatas por la reserva ecológica sin el sofocante sol tropical, rodeado de una humedad que mantiene la vegetación exuberante y viva.
Uno de los puntos más emblemáticos para visitar es el Templo de Santiago Apóstol, una joya arquitectónica del siglo XVII que corona lo alto de una colina. Desde este punto, no solo se respira historia, que se obtiene una vista panorámica del pueblo y la sierra. Es el lugar perfecto para una fotografía familiar navideña, donde el cielo nublado y la estructura colonial cuentan la historia de la resistencia y fe de esta región tabasqueña.
Para los amantes de la aventura, la naturaleza no descansa en invierno, explorar la Cueva de las Sardinas Ciegas o visitar las Cascadas de Villa Luz son actividades obligadas. En estas últimas, las aguas sulfurosas y las pozas naturales invitan a la desconexión total, aunque el agua suele estar fresca, el entorno selvático y el sonido de las caídas de agua compensan cualquier escalofrío, brindando una purificación energética para iniciar el año nuevo.
Si prefieres algo más tranquilo, las reservas ecológicas como Kolem Jaa’ ofrecen el escenario ideal para el avistamiento de aves y mariposas. Esta región convive con cientos de especies que encuentran en la sierra de Tabasco un refugio. Caminar por sus senderos es sumergirse en un jardín botánico natural donde las orquídeas y plantas endémicas decoran el trayecto, recordándonos la riqueza biológica que habita en nuestro estado.
La cultura local se manifiesta a través de sus artesanos es famoso por su artesanía en mimbre y mutusay. Visitar los talleres locales es una oportunidad para adquirir regalos navideños únicos y con alma; desde canastos hasta muebles finamente tejidos que representan el sustento de muchas familias. Comprar directamente al artesano es un acto de apoyo a la economía local y a la preservación de técnicas ancestrales.
La gastronomía serrana es otro pilar que no puedes ignorar en esta Navidad, olvida por un momento el menú tradicional y atrévete a probar el mone (pescado o carne cocido al vapor con hierba santa) o el famoso pishul, conocido como la «pizza tabasqueña» por su base de totoposte y guisos regionales. Estos platillos, acompañados de un chocolate caliente de la zona, son el combustible perfecto para las mañanas frescas de diciembre.
De su oferta natural, es un centro de tradiciones profundas, aunque su fiesta patronal es en julio y el Ritual de la Sardina en Semana Santa, el espíritu comunitario durante diciembre es vibrante. Las posadas y las reuniones en la plaza principal reflejan la calidez de su gente, quienes reciben al visitante con la amabilidad característica de la sierra tabasqueña.
Llegar a este paraíso es más sencillo de lo que parece se localiza a solo una hora y media de Villahermosa, lo que lo hace perfecto para una escapada de fin de semana o incluso para pasar la Nochebuena en alguno de sus hoteles comunitarios o villas ecológicas. La carretera ofrece paisajes impresionantes conforme te internas en la región de la sierra, preparando tus sentidos para la experiencia de montaña que estás por vivir.
Este diciembre te invita a cambiar el ruido de la ciudad por el murmullo de los ríos es un destino que cumple con todas las expectativas del viajero moderno: es sustentable, es instagrameable y, sobre todo, es auténtico. No hay mejor forma de cerrar el 2025 que respirando el aire puro de la selva y dejándose envolver por la magia de un pueblo que parece sacado de un cuento de invierno tropical.
Finalmente, recuerda que visitar este Pueblo Mágico es un compromiso con el medio ambiente. Al recorrer el Parque Estatal de la Sierra, asegúrate de seguir las indicaciones de los guías locales y respetar los ecosistemas. Es un regalo de la naturaleza para Tabasco, y pasar una Navidad en sus calles es una de las experiencias más enriquecedoras que cualquier viajero puede atesorar en su memoria.





