A solo unos minutos de Tapijulapa, en el tranquilo ejido Zunú se encuentra un paraíso natural poco conocido pero profundamente valioso: El Jardín de Dios este espacio con una extensión de 14 hectáreas, es más que un simple jardín botánico; es una manifestación viva del amor por la tierra, el conocimiento herbolario y el respeto a las tradiciones curativas del sureste mexicano.
Creado por Don Isidro Cruz Martínez, un respetado médico herbolario de la región este santuario natural se ha convertido en un punto de encuentro para quienes buscan sanación, tranquilidad y conexión con la naturaleza. Don Isidro ya falleció en el año 2018, pero su familia cuida con esmero más de 300 especies de plantas medicinales muchas de ellas utilizadas desde hace generaciones por comunidades indígenas y campesinas.
Un recorrido por la sabiduría verde
Desde que pones un pie en El Jardín de Dios el ambiente cambia la paz del lugar, el canto de las aves, el susurro del viento y los senderos cubiertos de verde te invitan a caminar sin prisa. Aquí encontrarás desde el maguey morado, excelente para el sistema digestivo hasta la pasiflora conocida por sus propiedades relajantes pasando por otras plantas como el cardo lechero, el árnica, el zorrillo y decenas de especies más.
Además los visitantes pueden recibir asesoría en los consultorios naturistas, donde se comparten remedios y conocimientos sobre las propiedades de cada planta con base en la medicina tradicional. Sin duda es un espacio educativo y terapéutico, donde lo ancestral se mezcla con lo actual.
Un puente al alma: el río Amatán
Uno de los grandes atractivos del lugar es su puente colgante sobre el río Amatán desde allí puedes contemplar el correr del agua cristalina rodeada de vegetación mientras escuchas el canto de aves endémicas. Es una experiencia que invita a la introspección, la contemplación y el descanso emocional también se puede caminar hacia el embarcadero para observar el entorno natural o simplemente dejarse llevar por el murmullo del río.
Entre sabores y aromas
Pero no solo cura el alma también deleita los sentidos aquí se cultivan plantas aromáticas, hierbas culinarias y frutas tropicales como el noni, la guanábana, la jícara, la chaya y el chile amashito, ingrediente estrella de la cocina tabasqueña. Esta diversidad lo convierte también en un lugar perfecto para aprender sobre agricultura orgánica y soberanía alimentaria.
📍 ¿Cómo llegar?
Está ubicado a solo 5 kilómetros (unos 10 minutos en auto) del centro de Tapijulapa, Pueblo Mágico de Tabasco, en el ejido Zunú camino hacia Tacotalpa. Es recomendable visitarlo con ropa cómoda, protector solar, sombrero y sobre todo con una mente abierta para dejarse sorprender por la naturaleza.
Una joya viva de Tabasco
Es un lugar para detener el tiempo, respirar profundo y recordar que la naturaleza aún tiene mucho que enseñarnos. Ideal para turistas ecológicos, amantes del senderismo, investigadores o simplemente curiosos que buscan otra forma de mirar el mundo.


