Ubicado a orillas de la Laguna de las Ilusiones, el Parque Tomás Garrido Canabal es mucho más que un pulmón urbano: es testigo de la historia moderna de Villahermosa y joya arquitectónica del sureste mexicano. Inaugurado en 1985 tras una ambiciosa remodelación encabezada por el reconocido arquitecto Teodoro González de León, el parque combina naturaleza, arte y cultura con espacios como el Malecón, el Mirador de las Águilas y el icónico Parque-Museo La Venta. Este espacio emblemático invita a reconectar con la identidad tabasqueña y celebrar el mestizaje, la biodiversidad y el legado olmeca en un entorno diseñado para el disfrute de todas las generaciones.



El Parque Tomás Garrido Canabal, ubicado en pleno corazón de Villahermosa, Tabasco, es uno de los espacios públicos más emblemáticos del sureste mexicano. Este icónico parque no solo representa una obra arquitectónica de gran envergadura, simboliza el encuentro entre historia, identidad cultural y modernidad.
Su historia comienza oficialmente el 19 de abril de 1970, cuando el entonces gobernador Manuel R. Mora cambió el nombre del antiguo Parque Tabasco por el de Tomás Garrido Canabal, en honor al influyente político tabasqueño. Años después, en 1974, el gobernador Mario Trujillo impulsó una profunda remodelación con visión moderna, dotándolo de infraestructura y servicios para convertirlo en un espacio funcional y contemporáneo.
La verdadera transformación llegaría en 1983 bajo la gubernatura de Enrique González Pedrero, quien encargó al afamado arquitecto Teodoro González de León su rediseño. En colaboración con los renombrados Francisco Serrano y Aurelio Nuño, se proyectó un parque integral que respetara la naturaleza y rindiera homenaje a la cultura prehispánica y tabasqueña.
Inaugurado el 8 de diciembre de 1985, el nuevo Parque Tomás Garrido Canabal fue concebido como un espacio que integrara la arquitectura, el arte y la naturaleza. Con una superficie de 12 hectáreas destaca por su calzada peatonal de 600 metros que articula monumentos simbólicos: el Arco de las Dos Culturas (maya y colonial), la Champa (una interpretación moderna de una casa tradicional) y el Mirador de las Águilas, que con sus 46 metros de altura ofrece la mejor vista de Villahermosa.
Incorpora espacios recreativos como el Audiorama, el Montículo de las Almendras, la Fuente de los Poetas y zonas de juegos diseñadas con elementos simbólicos del México antiguo, como el juego de pelota. Además su conexión con la Laguna de las Ilusiones a través de un malecón peatonal de 1,200 metros lo convierte en un modelo ejemplar de urbanismo tropical.
Uno de sus mayores orgullos es el Parque-Museo La Venta, diseñado por el poeta Carlos Pellicer, que alberga 25 monumentos de la cultura olmeca distribuidos entre selva preservada. Esta sección convierte al parque en destino obligado del turismo internacional y referente del patrimonio cultural de México.
Reconocido en 1989 en la Quinta Bienal Mundial de Arquitectura en Sofía, Bulgaria, con la Medalla de Plata y el Premio Especial de la Ciudad de Charleroi (Bélgica), el parque se consolidó como una de las obras más destacadas de la arquitectura pública en América Latina.
El Parque Tomás Garrido Canabal sigue siendo símbolo de orgullo tabasqueño, punto de encuentro para familias, deportistas, artistas y visitantes.
Fotos de: Juan Arroniz




