En el corazón de la Chontalpa tabasqueña, el municipio de Nacajuca rico en tradiciones, rodeado de naturaleza exuberante y habitado por comunidades indígenas orgullosas de su herencia, este rincón del estado de Tabasco ofrece una experiencia turística única especialmente durante las vacaciones de verano.
Una municipio con alma indígena
Nombre derivado del náhuatl Naca-shushu-can, que significa “Lugar de caras pálidas o descoloridas” es un epicentro de la cultura Yokot’an (chontal), una de las principales etnias del estado. Aunque es una de las cabeceras municipales menos pobladas de Tabasco, su valor cultural e histórico la convierten en un punto clave para quienes desean sumergirse en la esencia del México profundo.
Atractivos turísticos para toda la familia
Invita a recorrer sus calles pavimentadas, parques y jardines, donde lo moderno convive con lo ancestral el Templo de San Antonio de Padua ubicado frente al Parque Hidalgo, destaca por su arquitectura ecléctica de cantera y sus torres simétricas a pocos pasos, el malecón del río Nacajuca permite disfrutar de atardeceres inolvidables y conecta con la Plaza Artesanal donde artesanos de comunidades chontales exponen sus creaciones: sombreros, petates, tapetes de palma, jícaras labradas y muñecas de joloche.
Para los amantes de la buena comida el corredor gastronómico Bijhi Yoko’tan ofrece una fusión de ingredientes autóctonos y técnicas ancestrales. Desde el emblemático pejelagarto asado, hasta dulces regionales de coco, nance y papaya, la gastronomía nacajuquense es tan diversa como deliciosa las bebidas tradicionales como el pozol frío, el chorote y el chocolate con maíz complementan esta experiencia culinaria.
Turismo vivencial y rutas culturales
Uno de los grandes valores turísticos es su oferta de turismo vivencia la Ruta de los Pueblos Chontales permite a los visitantes explorar comunidades como Tucta, Mazateupa, Tapotzingo y Olcuatitán, donde las tradiciones siguen vivas. Aquí se celebran fiestas patronales como la de San Isidro Labrador (12 al 15 de mayo) y la Virgen del Carmen (13 al 16 de julio), con procesiones, danzas típicas, juegos pirotécnicos y música de tamborileros.
Además en estas comunidades se pueden visitar los camellones chontales, un sistema de cultivo ancestral sobre el agua, similar a las chinampas que refleja la armonía entre el pueblo y su entorno. Esta técnica además de ser eficiente, es un legado vivo de las culturas prehispánicas del sureste mexicano.
Belleza natural y clima acogedor
El municipio está bañado por ríos como el Carrizal, Samaria, Cunduacán y Nacajuca, así como por lagunas como Cantemó y La Ramada que ofrecen paisajes ideales para actividades ecoturísticas, pesca artesanal o fotografía de naturaleza. El clima es cálido húmedo con lluvias abundantes en verano y una temperatura promedio anual de 26.4°C, lo que convierte en un destino apto para recorrer todo el año.
Una economía con rostro cultural
La vida económica de Nacajuca también refleja su identidad los sectores agrícola, ganadero y pesquero sostienen la vida cotidiana, mientras que las pequeñas industrias familiares producen muebles, escobas, pan, ropa bordada y las ya reconocidas tiras bordadas que adornan los trajes típicos femeninos y han dado fama al municipio a nivel nacional.
Un destino para reconectar
No es sólo un destino turístico; es un lugar para reconectar con las raíces, redescubrir las formas de vida comunitaria y valorar la diversidad cultural de México. Caminar por sus calles, probar su comida, hablar con sus artesanos y participar en sus fiestas es abrir una ventana a un mundo donde la tradición sigue siendo presente.
Información útil para el visitante:
- Ubicación: A 30 minutos de Villahermosa, Tabasco.
- Apto para: Familias, viajeros culturales, fotógrafos, y ecoturistas.




