Una historia que conmueve y llena de esperanza llega desde Tabasco. Lizbeth Cruz Hipólito, una valiente niña de apenas 2 años, finalmente recibió su última sesión de quimioterapia en el Hospital General de Zona número 46 del IMSS, cerrando así un capítulo de lucha y fortaleza que comenzó cuando tenía solo 6 meses de edad.
Una batalla que comenzó siendo bebé
La historia inició en octubre de 2023, cuando los médicos diagnosticaron a la pequeña con retinoblastoma bilateral, un tipo de cáncer ocular poco común que afecta principalmente a niños menores de 5 años. Su madre, Wilma Hipólito Pérez, recuerda con emoción cada momento de esta travesía: «En el mes de octubre comenzamos con su tratamiento terminamos el primer nivel, pero en noviembre de 2024 volvió a recaer mi niña».
El tratamiento no fue sencillo. Lizbeth tuvo que enfrentar dos niveles de quimioterapia, recibiendo un total de 16 sesiones a lo largo de más de un año y medio. «Las quimioterapias son muy difíciles, los tratamientos que mi hija recibía ahora eran agresivos», explica Wilma, quien no ocultó las dificultades que enfrentaron como familia durante este proceso.
El apoyo incondicional de una comunidad
Lo que más destaca de esta historia es el amor y apoyo que rodeó a la pequeña durante su última sesión de quimioterapia, familiares y amigos se organizaron para acompañarla, y al finalizar el tratamiento, realizaron una emotiva caravana con vehículos adornados con globos, cartulinas y mensajes de ánimo.
«Para nosotros como familia ha sido una lucha incansable», confesó la madre, quien también compartió uno de los desafíos más difíciles del tratamiento: «Era lucha para encontrarle venas, porque ya no le encontraban las venitas, entonces para nosotros era un gran logro, un gran avance, una medalla más para mi nena».
El siguiente paso: Exámenes definitivos en Ciudad de México
Aunque la última quimioterapia marca un logro importante, el camino de la niña aún no termina. En los próximos días la familia viajará a la Ciudad de México, específicamente al Hospital Siglo XXI, donde la pequeña se someterá a exámenes especializados bajo anestesia para descartar completamente la presencia de células cancerígenas.
«Va a entrar a quirófano para hacerle revisión bajo anestesia para que la vean profundamente y ya descartar los tumores», explica Wilma. La necesidad de viajar a la capital del país se debe a que Tabasco no cuenta con la especialidad de oftalmología pediátrica necesaria para este tipo de casos.
Retinoblastoma: Lo que necesitas saber
El retinoblastoma es el tumor intraocular primario más común en la infancia, representando aproximadamente el 3% de todos los cánceres pediátricos este tipo de cáncer se origina en la retina y puede ser hereditario o esporádico. Cuando es bilateral (afecta ambos ojos), como en el caso de Lizbeth, generalmente tiene un componente genético y requiere un tratamiento más agresivo la detección temprana es crucial, ya que puede salvar no solo la visión, la vida del paciente los síntomas incluyen leucocoria (reflejo blanco en la pupila), estrabismo, dolor ocular y pérdida de visión con el tratamiento adecuado, la tasa de supervivencia supera el 95% en países desarrollados.
Un mensaje de esperanza para otras familias
Representa mucho más que una victoria médica; es un testimonio de la fortaleza humana, el amor familiar y la importancia del sistema de salud pública. Su caso también pone de manifiesto la necesidad de contar con más especialistas en oncología pediátrica en todos los estados del país.
Para las familias que atraviesan situaciones similares, la experiencia de Lizbeth y su familia demuestra que, aunque el camino sea difícil, con el apoyo adecuado la atención médica especializada y mucho amor, es posible vencer incluso los desafíos más grandes.
Fuente XEVT 104.1 FM




