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Parte 1: El legado familiar en el certamen de la Flor Tabasco

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En el corazón de Tabasco un fascinante fenómeno cultural se ha desarrollado a través de los años: auténticas dinastías familiares que han brillado en el prestigioso certamen «Flor Tabasco». Madres e hijas que separadas por décadas han representado con orgullo a sus municipios, tejiendo una hermosa tradición que atraviesa generaciones.

Esta tradición demuestra cómo el amor por la cultura Tabasqueña se transmite de generación en generación. Ejemplos notables incluyen:

  • Tacotalpa : Anahí Suárez Méndez (1996) y su hija Pamela Castellanos Suárez (2023)
  • Jalapa/Centro : Cristel Dueñas Zurita (1994) y su hija Paola Torpey Dueñas (2023)
  • Cunduacán : Alejandra Contreras Pérez (1990) y su hija Alejandra Castro Contreras (2023)
  • Jalapa : Laura Virginia Falcón Priego (1985) y su hija Lupita Oropeza Falcón (2023)
  • Centla : Mussumely Fuster Álvarez (1993) y su hija Monserrat Villa Fuster (2023)

Casos excepcionales como el de Anhelí Ordorica Alamina, embajadora de Emiliano Zapata 2018, representan la tercera generación familiar en estos certámenes siguiendo los pasos de su madre Ana Catalina (1987) y su abuela Norma Gabriela (Jonuta, 1959). La tradición continúa con María Gamboa Herrera (Paraíso, 2024) cuya abuela Carmen Colorado inició el legado en 1963, seguida por su madre Nelly Herrera Colorado en 1992.

El prestigio de La Flor Tabasco

La Flor Tabasco representa el máximo galardón del certamen de belleza realizado durante la emblemática Feria Tabasco. Las participantes, embajadoras de sus respectivos municipios no solo compiten por su belleza física, por su conocimiento de las tradiciones, gastronomía y cultura Tabasqueña.

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La Feria Tabasco se posiciona como uno de los eventos culturales más importantes de México junto con la Feria Nacional de San Marcos y la Feria Estatal de León. Este evento anual celebrado en Villahermosa combina expresiones culturales, artísticas, comerciales, turísticas, industriales, agrícolas y ganaderas que reflejan la rica identidad del estado.

Estos certámenes van más allá de la belleza física sirviendo como plataforma para preservar las tradiciones y fortalecer el orgullo regional, permitiendo que madres e hijas compartan, a través del tiempo, un vínculo especial con su patrimonio cultural.

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