En el restaurante Yokok’ux, ubicado en el municipio de Nacajuca se alza majestuoso un ser viviente que trasciende el simple concepto de «árbol». Se trata del Yumte’e cuyo nombre significa «guardián de la selva» en lengua yokot’an un ejemplar medicinal de más de 62 años que se ha convertido en punto de peregrinación para locales y visitantes que buscan conectarse con las tradiciones más profundas de la cultura indígena tabasqueña.
Tienes que abrazarlo para llenarte de buenas energías el Yumte’e no es solo un atractivo turístico; representa la permanencia de una cosmovisión milenaria que sigue viva entre los yokot’anes conocidos también como chontales de Tabasco.
La conexión ancestral con la tierra
Para los yokot’anes encarna la esencia misma de su relación con la naturaleza según testimonios de los ancianos de la comunidad antes de realizar cualquier actividad agrícola siembra de mar, cosecha o incluso la tala necesaria de algún árbol era imprescindible pedir permiso a este guardián espiritual.
Un punto de encuentro cultural en Yokok’ux
El restaurante Yokok’ux no solo conserva al Yumte’e se ha convertido en un espacio de revitalización cultural. Las propiedades curativas han sido documentadas por investigadores de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco según estudios etnobotánicos la corteza y las hojas de esta especie contienen compuestos con propiedades antiinflamatorias y analgésicas que los curanderos tradicionales han utilizado durante siglos para tratar dolencias diversas.
El ritual de abrazar al árbol lejos de ser una simple atracción turística tiene fundamentos en antiguas prácticas de sanación energética. Los bioelectromagnéticos pequeños campos eléctricos generados por todos los seres vivos parecen intensificarse en ejemplares antiguos creando una experiencia sensorial que muchos describen como «reconfortante» y «revitalizadora».
Preservación del patrimonio biocultural
Representa también un esfuerzo consciente por preservar el patrimonio biocultural de Tabasco. En tiempos donde la deforestación amenaza los ecosistemas de la región este guardián de más de seis décadas se mantiene como símbolo de resistencia y continuidad.
Las nuevas generaciones de yokot’anes han encontrado en el Yumte’e un punto de reconexión con sus raíces. Si planeas visitar Nacajuca no olvides incluir en tu itinerario un encuentro con este guardián milenario. Quizás al abrazarlo, no solo sientas las energías positivas que prometen la tradición, la profunda conexión con una sabiduría que ha sobrevivido al paso implacable del tiempo.