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Marina Silván, de Flor Municipal a Embajadora de Jalapa en la Feria Tabasco

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En 1997, Marina Silván Maldonado hizo historia al convertirse en la primera Flor Municipal de Jalapa en representar a su municipio en la prestigiosa Feria Tabasco. Su camino hacia este logro comenzó siete años antes cuando en 1990 representó a su ranchería natal, Calicanto 3ra. Sección ganando en el centro integrador 7 con sede en la Ranchería San Miguel afuera. Aquella victoria la coronó como Flor Municipal 1990, título que hoy se conoce como Flor del Dulce.

«Soñaba desde niña con ser embajadora», recuerda Marina con emoción. «Cuando finalmente lo viví, los nervios me invadían—me sudaban las manos y me temblaba la boca.» Esta experiencia fue transformadora para la joven de origen humilde, orgullosa hija de un padre campesino y una madre costurera.

La Feria Tabasco patrimonio cultural del estado ha sido por décadas un escaparate para las tradiciones, gastronomía y belleza de los municipios tabasqueños. Para las jóvenes embajadoras representa una oportunidad de crecimiento personal y proyección social.

Hace 28 años desde aquel momento memorable y ha recorrido un largo camino actualmente es doctora en educación demostrando que las experiencias culturales pueden ser trampolín para el desarrollo profesional.

Su historia inspira a nuevas generaciones de niñas a perseguir sus sueños. La Flor de Oro en ese entonces fue Grecia Rodríguez López, Comalcalco 1997 y amiga cercana durante aquella feria, el certamen de la Flor Tabasco no es simplemente un desfile de belleza; representa el corazón palpitante de la identidad cultural.

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Con una tradición que se remonta a décadas este evento anual ha trascendido su propósito inicial para convertirse en un baluarte de preservación cultural, empoderamiento femenino y celebración de las raíces profundas de «la tierra del Edén».

Cada año reúne a embajadoras de los 17 municipios del estado, mujeres que no solo representan la belleza física sino que encarnan los valores, conocimientos y orgullo de sus municipios. Las participantes del certamen Flor Tabasco se preparan durante meses, estudiando la historia, gastronomía, danzas tradicionales y expresiones culturales únicas de sus lugares de origen.

Son auténticas guardianas de nuestro patrimonio cultural sus discursos cargados de emoción y conocimiento, han documentado tradiciones que de otra manera podrían haberse perdido con el paso del tiempo.

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