Con un corazón lleno de ilusión y un entorno envuelto en espiritualidad y alegría, la pequeña Emma Molina Valenzuela vivió uno de los días más importantes de su infancia: su Primera Comunión, un evento profundamente simbólico que reunió a familiares y amigos para compartir un momento de fe, amor y celebración.
La emotiva ceremonia tuvo lugar el pasado sábado 17 de mayo de 2025, en punto del mediodía en la solemne Parroquia Universitaria San Marcos, donde Emma recibió el Sacramento de la Comunión por primera vez. Vestida con un delicado atuendo blanco que reflejaba pureza y elegancia, la pequeña se acercó al altar acompañada de una cálida atmósfera familiar y rodeada del cariño de sus seres más cercanos.
Los orgullosos padres, Luis Molina Cantú e Iliana Valenzuela de Molina, cuidaron cada detalle de este día tan especial. Desde la organización religiosa hasta la planificación de la recepción, su entrega fue evidente en cada momento al finalizar la misa los invitados se trasladaron al exclusivo Salón de Eventos Torre Ankor, donde tuvo lugar una recepción que combinó tradición, sofisticación y calidez tabasqueña.
La celebración fue un reflejo del cariño hacia Emma en un espacio elegantemente decorado con tonos lavanda, blancos y verdes suaves se vivieron momentos llenos de emoción: desde los discursos de los padrinos hasta los juegos y sonrisas infantiles. La ambientación floral y los detalles artesanales crearon una atmósfera acogedora que encantó a los asistentes.
Como parte fundamental de esta ceremonia, los padrinos, Flavio Alberto Lastra Hernández y Gloria Edith Ramírez de Lastra, desempeñaron un papel muy especial. Además de su respaldo espiritual compartieron mensajes de guía y amor que emocionaron a todos su compromiso como acompañantes en la vida cristiana de Emma fue evidente y profundamente valorado por la familia.
La recepción que dio inicio a las 2:30 p.m., ofreció una deliciosa selección de platillos tradicionales y contemporáneos, juegos para niños y momentos inolvidables capturados en fotografías familiares. En todo momento se respiró un ambiente de unión, fe y esperanza enmarcado por la alegría que celebra no solo una tradición religiosa, la oportunidad de formar en valores a las nuevas generaciones.
Eventos como este no solo fortalecen los lazos familiares resaltan la importancia de inculcar el respeto por las tradiciones, la espiritualidad y el valor de la comunidad, pilares fundamentales en la formación de niñas y niños en Tabasco y en todo México.
Con esta ceremonia inicia una nueva etapa en su vida espiritual, guiada por el amor de sus padres, el ejemplo de sus padrinos y la bendición de Dios. Su Primera Comunión será sin duda un recuerdo imborrable en su historia personal y familiar.