Villahermosa, Tabasco.— Como cada año, miles de tabasqueños se preparan para conmemorar una de las celebraciones más importantes del país: el Día de la Virgen de Guadalupe. Para quienes no pueden trasladarse a la Basílica en la Ciudad de México, Tabasco ofrece espacios emblemáticos que reúnen historia, fe y tradición, convirtiéndose en puntos de encuentro para feligreses locales y visitantes.
El sitio más concurrido es el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, ubicado en Villahermosa, donde se prevé la llegada de más de cinco mil personas solo entre el 11 y 12 de diciembre. De acuerdo con estimaciones eclesiásticas, para el 494 aniversario de la aparición de la Virgen del Tepeyac se espera un total de 25 mil fieles en los distintos momentos de oración, misas y actividades religiosas.
Frente a este flujo de visitantes el Santuario ha reforzado su organización interna, instalando áreas de acceso controlado, puntos de hidratación y espacios destinados a recibir peregrinaciones provenientes de municipios cercanos. Las tradicionales mañanitas, programadas para la medianoche marcarán el inicio de una jornada acompañada por danzas, ofrendas y expresiones de fe popular que forman parte del patrimonio intangible de la región.
Otro punto de encuentro fundamental es la Catedral del Señor de Tabasco, un recinto cuya historia refleja los altibajos políticos y sociales del estado desde el siglo XVII. Sus antecedentes se remontan a la antigua Iglesia del Señor de Esquipulas, fundada en 1776 y reconstruida varias veces tras bombardeos y conflictos armados.
A lo largo de los siglos, el templo sufrió daños, cierres forzados y hasta su demolición durante el periodo garridista en 1934, cuando las políticas antirreligiosas obligaron al cierre de todas las iglesias del estado.
No fue hasta 1945 cuando el obispo José de Jesús del Valle y Navarro impulsó su reconstrucción definitiva bajo el nombre de Catedral del Señor de Tabasco, la cual sería concluida en 1970. Décadas después el 11 de mayo de 1990, el recinto fue consagrado y bendecido por el Papa Juan Pablo II durante su visita a Villahermosa, un hecho que marcó profundamente la identidad religiosa del estado.
Actualmente, la Catedral se ha consolidado como un centro de espiritualidad y tradición durante los días previos al 12 de diciembre, se organizan rosarios, vigilias y misas especiales para recibir a los miles de devotos que acuden a agradecer favores o solicitar milagros. Su historia, profundamente entrelazada con el desarrollo del estado, la convierte en uno de los lugares más representativos para vivir esta festividad.
Ambos espacios el Santuario de Guadalupe y la Catedral del Señor de Tabasco reflejan el arraigo de la devoción guadalupana en el estado. Independientemente de cuál elijan los creyentes para celebrar, las autoridades eclesiásticas hacen un llamado a participar con responsabilidad, respetar los horarios de actividades y mantener las medidas de organización que garanticen una celebración segura para todos.
Esta festividad más allá de la tradición religiosa, fortalece el sentido de identidad, comunidad y esperanza entre los habitantes, quienes cada año renuevan su fe en la figura considerada la “madre de México”.




