La noche estuvo marcada por una presentación única del Ensamble de Marimbas Nandayapa que con su virtuosismo, llenó el aire de música, tradición y emoción. Este festival, que celebra nuestras raíces culturales, nos transportó a un mundo donde las maderas cuentan historias y donde cada nota musical se convierte en un puente hacia el alma del pueblo.
Un viaje sonoro de emoción y tradición
Conocido por su impecable técnica y su capacidad para transmitir emociones profundas a través de sus instrumentos, se adueñó del escenario con una selección musical que encantó a los presentes. Desde los primeros compases, el público quedó cautivado por la sonoridad rica y vibrante de las marimbas, cuyas melodías parecían contar historias de generaciones pasadas, historias que aún resuenan en los corazones de quienes las escuchan.
La magia del zapateado y el romance
El espectáculo continuó con el alegre Zapateado El Tigre, una pieza tradicional que hizo bailar los corazones de los asistentes. Con el ritmo contagiante de las marimbas, la danza del zapateado fue el toque perfecto para mantener la energía alta y la emoción palpable en el ambiente. Los músicos, expertos en la ejecución de este instrumento, lograron transmitir la alegría y la vitalidad que caracteriza a la música popular mexicana.
Un homenaje a nuestras raíces
El Festival Cultural Ceiba XVII se convirtió en un homenaje a nuestras raíces, a esa conexión profunda que tenemos con la tierra y con las melodías que nos definen como nación. La velada fue una verdadera celebración de la música tradicional, y el Ensamble de Marimbas Nandayapa, con su magistral actuación, mostró por qué la música mexicana sigue siendo un pilar fundamental de nuestra cultura.