En la actualidad, La Manga es un ejemplo de resiliencia a través de sus murales, creados por 26 artistas nacionales e internacionales los habitantes han logrado transformar su entorno embelleciendo el espacio.
La participación de niños y adultos fue fundamental ya que contribuyó a despertar un sentido de pertenencias.
Pero el proyecto no solo se centra en la belleza visual también busca una reconciliación de la comunidad con el río Grijalva una fuente de trabajo e identidad para muchos de los pobladores. Los murales cargados de simbolismo reflejan la relación entre el agua y la tierra la biodiversidad de la región con su rica fauna y flora, inspiró representaciones como una imponente iguana acompañada del cacao símbolo de fertilidad de la tierra.
Este esfuerzo artístico ha logrado algo más que transformar las paredes de La Manga: ha revitalizado el espíritu de su gente restaurando no solo el espacio público, un sentido de unidad y esperanza que antes parecía perdido.
