Un estudio revolucionario de 2018 analizó ADN mitocondrial de restos hallados en San Lorenzo y Loma del Zapote, revelando que ambos individuos pertenecían al haplogrupo A, un linaje materno predominante entre las poblaciones indígenas de América. Este hallazgo fortalece la conexión indígena de la civilización olmeca considerada una de las más antiguas de Mesoamérica.
El ADN y los orígenes de los Olmecas
El haplogrupo A, presente en los restos analizados confirma que los olmecas tienen raíces indígenas profundamente ligadas a los primeros habitantes del continente. Estos resultados refuerzan teorías que sitúan a los olmecas como una civilización nativa cuya riqueza cultural surgió de innovaciones locales más que de influencias externas.
Teorías alternativas y Graham Hancock
En sus participaciones en «The Joe Rogan Experience«, el escritor Graham Hancock ha planteado teorías. Entre estas menciona posibles conexiones con culturas de África y el Pacífico aunque intrigantes estas ideas no cuentan con respaldo significativo dentro de la arqueología tradicional.
Hancock también sugiere que los avances tecnológicos y culturales olmecas como sus colosales cabezas de piedra y primeros sistemas de escritura podrían ser resultado de conocimientos transmitidos por una civilización avanzada desconocida. Esta teoría se alinea con su hipótesis general sobre civilizaciones perdidas aunque es considerada especulativa por muchos expertos.
Logros olmecas: Cultura y tecnología
Más allá de las teorías los olmecas dejaron un legado cultural único sus impresionantes cabezas de piedra talladas con una precisión excepcional son evidencia de sus avanzadas habilidades artísticas y organizativas. Asimismo su desarrollo de sistemas de escritura temprana y la creación de centros ceremoniales como San Lorenzo y La Venta destacan su influencia en culturas posteriores.