En el corazón de Villahermosa se alza majestuosa la Catedral del Señor de Tabasco, un monumento de fe que narra la resiliencia y devoción del pueblo tabasqueño a través de su historia. Ubicada en la esquina de Avenida 27 de Febrero y Paseo Tabasco esta imponente estructura de estilo colonial es mucho mÔs que un templo: representa el renacimiento de la fe católica en una región marcada por complejos procesos históricos.
OrĆgenes y evolución del santuario
La historia de la actual comenzó en 1944, cuando el obispo José de Jesús del Valle y Navarro adquirió el terreno donde hoy se erige el majestuoso edificio. Inicialmente se construyó un templo provisional de madera y palma, cariñosamente conocido como «el jacalito» que sirvió como Catedral durante mÔs de cuatro décadas.
El tĆtulo de Ā«SeƱor de TabascoĀ» fue otorgado a una imagen de Cristo nazareno correspondiente al Ā«Ecce HomoĀ» (He aquĆ al Hombre), palabras pronunciadas por Pilato al presentar a JesĆŗs despuĆ©s de la flagelación. Esta representación traĆda especialmente desde Toluca, Estado de MĆ©xico llegó a Villahermosa el Martes Santo de 1944 convirtiĆ©ndose rĆ”pidamente en centro de devoción popular.
Un incendio destruyó «el jacalito» en 1948, siendo reemplazado por una estructura de asbesto en forma de «L» que continuó funcionando como catedral hasta 1989 cuando fue demolida para dar paso a la plaza que hoy complementa el conjunto arquitectónico.
La construcción monumental
La primera piedra de la actual catedral fue colocada el 25 de marzo de 1960 por el obispo José del Valle, con la presencia del delegado apostólico Luigi Raimondi. Sin embargo la construcción formal comenzó el 18 de marzo de 1963 bajo la sorprendente dirección del maestro Gregorio Mendoza, conocido como «Goyo» un albañil autodidacta con apenas tercer año de primaria y una pierna amputada cuyo talento y dedicación lo convirtieron en el arquitecto de facto de la obra.
Contrario a la propuesta modernista del poeta Carlos Pellicer se diseñó como una adaptación de la BasĆlica de San Juan de los Lagos, Jalisco pero con un detalle de orgullo regional: un metro mĆ”s alta (80 metros) que su inspiración original convirtiĆ©ndola en la segunda catedral mĆ”s alta de MĆ©xico solo superada por el Santuario Guadalupano en Hidalgo.
La construcción continuó durante décadas incluso tras la muerte del obispo Del Valle en 1966. Las dos imponentes torres fueron culminadas a finales de los años 80 y el 11 de mayo de 1990, el templo recibió su mayor honor: fue consagrado y bendecido por el Papa Juan Pablo II durante su histórica visita a Tabasco.
Arquitectura y simbolismo
Destaca por su estilo neocolonial con elementos barrocos sus muros combinan ladrillo recubierto con polvo de cantera traĆdo de MichoacĆ”n simulando bloques de piedra en diferentes tonalidades mientras que las cornisas, columnas y adornos principales fueron elaborados en cemento colado imitando canterĆa.
El interior aunque aĆŗn incompleto (hasta 2018 solo estaba edificado el atrio principal) alberga la venerada imagen del SeƱor de Tabasco sĆmbolo de una nueva Ć©poca espiritual para la región.
Un proyecto inconcluso
A pesar de su grandiosidad sigue siendo un proyecto en desarrollo existe un diseƱo completo para su terminación pero diversos factores han impedido su conclusión total lo que aƱade un capĆtulo mĆ”s a la historia de perseverancia que caracteriza este sĆmbolo de la fe tabasqueƱa.
No solo representa un logro arquitectónico notable, que encarna la persistencia de un pueblo y su capacidad para construir monumentos significativos incluso cuando los recursos son limitados demostrando que como solĆa decir el obispo Del Valle: Ā«para construir un templo hay que tener presentes tres cosas: corazón a Dios, ojo al peso y lomo tiesoĀ».
Fuente: De Tabasco Soy
Foto de portada: Gerardo Zenteno
Foto: JosuƩ Photography