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Juchimán, el guardián de las aguas: Historia y misterio del ídolo olmeca

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Descubierto en 1886 en Huimanguillo, Tabasco el Juchimán es más que una escultura prehispánica; es un ícono cultural y universitario que ha resistido el paso del tiempo, siendo testigo de múltiples acontecimientos históricos.

Orígenes y descubrimiento del Juchimán

En 1886 en el rancho San Vicente a orillas del río Blasillo en Huimanguillo, Tabasco se encontró un conjunto de más de 40 esculturas de basalto. Se cree que estas piezas pertenecieron a un antiguo centro ceremonial olmeca donde se realizaban rituales para pedir lluvias que fertilizaran las tierras con el limo de los ríos.

El hallazgo fue realizado en terrenos de Policarpo Valenzuela un acaudalado maderero que impresionado por la majestuosidad de las esculturas decidió donarlas al gobierno del estado en 1890, cuando el general Abraham Bandala fungía como gobernador.

Un viaje épico hasta Villahermosa

El traslado no fue tarea sencilla se transportó en «lagartos» (carretas de madera) hasta el río Tonalá desde donde se embarcó y viajó por diversos afluentes hasta llegar a Villahermosa. Durante el trayecto una de las esculturas cayó al río y nunca fue recuperada mientras que la otra sufrió la pérdida de una mano.

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Inicialmente la escultura fue colocada en el Parque Juárez y posteriormente trasladada en 1896 al Instituto Juárez, donde comenzó a convertirse en un símbolo de identidad para la comunidad estudiantil.

¿Por qué se llama Juchimán?

Existen dos versiones sobre el origen del nombre:

  1. La versión popular sugiere que un grupo de estudiantes escuchó a un extranjero decir «Looks like a Watchman» (parece un vigilante) y al no entender bien el inglés deformaron la palabra a «Juchimán».
  2. Otra teoría apunta a que un estudiante comparó la figura con un muñeco de nieve llamado Watchman que era popular entre universitarios en Estados Unidos.

Desde entonces el ídolo olmeca pasó a llamarse Juchimán, convirtiéndose en el emblema de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT).

Testigo de la historia y la cultura universitaria

A lo largo de los años ha sido objeto de múltiples intentos de traslado uno de los más sonados ocurrió cuando el poeta Carlos Pellicer intentó llevarlo al Museo de Historia de Tabasco. Sin embargo un grupo de estudiantes impidió el movimiento de la escultura, reforzando su vínculo con la UJAT.

Incluso se cuenta que a principios del siglo XX, las estudiantes solían sentarse a los pies de la estatua para pedir novio, esposo o buena fortuna en el matrimonio.

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Traslados y restauración del ídolo universitario

  • 1973: La escultura fue trasladada a la Zona de la Cultura de la UJAT, junto a la Rectoría.
  • 1978: Con motivo del centenario de la universidad se reubicó en su ubicación actual.
  • 2005: Fue restaurado con apoyo del INAH, durante la administración de la rectora Candita V. Gil Jiménez.

El Juchimán en la identidad universitaria

Hoy en día no solo sigue resguardado en la UJAT, que su imagen figura en el escudo oficial de la universidad acompañada del lema:

«Estudio en la duda. Acción en la fe.»

Cada vez que los estudiantes corean la icónica porra:

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«¡Hueso e’ mico, pochitoque, Nacajuca, Juchimán, universidad, UJAT!»

Rinden homenaje a este símbolo de la identidad tabasqueña y universitaria.

Fuente: De Tabasco Soy

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